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CUATRO RAZONES PARA HACER MISIONES

Ya estuvimos observando en las cinco semanas anteriores la visión de nuestra iglesia, cada uno de nosotros reafirmamos nuestra nuestro compromiso de “ser un hogar atrayente donde cada persona participe de una dinámica que transforme su vida”
En esta gran visión hoy celebramos las misiones de América Sur. Y es necesario que escuchemos a cuatro voces que salen de la misma Palabra de Dios. Estas voces nos van a decir por qué debemos participar cada uno de nosotros en las misiones y la evangelización del mundo.
Mientras nosotros en estos momentos estamos aquí sentados,  en nuestro país hay una gran necesidad. Niños abandonados, familias destruidas, jóvenes metiéndose en vicios por que no tienen un propósito en sus vidas. Es por eso que nuestro Dios en este día nos declara cuatro voces que nos están gritando para que hagamos algo.

I. LA VOZ DE ARRIBA. - La Voz de Dios que Nos Manda.

Nínive era la capital de una nación poderosa e idolatra, enemiga del pueblo de Israel. No eran una nación que buscaba a Dios. Es más, los asirios siempre planeaban conquistar y destruir a Israel.
Sus habitantes jamás habían escuchado la ley (La palabra de Dios). Por eso,  cuando Dios le habla a Jonás para que proclame el mensaje de salvación en Nínive, este se negó. Pero el Señor lo llamó a Jonás y le dijo: "Ve a Nínive y proclama arrepentimiento"  (Jonás 1:2)

A. El Mandato - ID. Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. “
La voz de arriba nos da un mandato y la pregunta es ¿porqué debemos obedecer ese mandato? Debemos obedecer por que el mandato viene de nuestra autoridad.

B. La Autoridad - CRISTO MISMO. Mateo 28:18-20 “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” ¿Quién está dando la orden? Es Cristo, el Hijo de Dios, el Soberano del Universo. Su autoridad demanda una respuesta positiva e inmediata. Dios es tu padre a quien debemos obedecer, y si cada uno de nosotros obedeciéramos la Voz de Arriba las cosas serían diferente.

¿Es Cristo su Señor? Si Cristo no es Señor de TODO, no es Señor de NADA.
USTED NO NECESITA UN LLAMADO; ¡¡¡YA TIENE UN MANDATO!!!

II. LA VOZ DE ADENTRO - La Voz del Espíritu que Nos Obliga.

Otro de los personajes bíblicos que nos anima es Pablo. Él se sentía en deuda por lo que Jesús hizo por él. Él sabía de donde Dios lo había rescatado. De ser un criminal de saco y corbata a Apóstol a los gentiles.

A. Deudor a TODOS los hombres. Romanos 1:14-16: Desde el día que conocimos a Cristo, llegamos a ser responsables por la evangelización del mundo entero. Ahora no tenemos una deuda con Dios porque Jesucristo ya pagó esa deuda, pero si tenemos una deuda con nuestra generación, una deuda con los que todavía no tienen a Jesús en sus vidas.

Rom 1:14 
Estoy en deuda con todos, sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes.  (NVI)
Rom 1:15 
De allí mi gran anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma. (NVI)

B. Me es impuesta necesidad.  
1Cointios  9:16  Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio! (NVI)
Tiene que haber una URGENCIA respecto a la tarea de ganar a los perdidos antes de que sea demasiado tarde. Esa urgencia debe incentivarnos a participar de las misiones.

III. LA VOZ DE AFUERA - La Voz de los Perdidos que Nos Clama. Mateo 9:36
Mat 9:36  Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor.

Cristo tuvo compasión de las ovejas perdidas. Mateo 9:36
Compasión - "ser conmovido hasta las entrañas". Es sentir un nudo, o tener mariposas en el estómago. ¡Compasión no es tener lástima!

Tener compasión es ser conmovido en el corazón, el centro de las emociones. Es ser tan afectado por la necesidad que tenemos que hacer algo para suplir esa necesidad. Es ser conmovido a actuar. Esto es exactamente lo que sintió Cristo. El sentir compasión por el mundo a Jesús lo llevó a la cruz.
Necesitamos VER a las multitudes tal como Cristo las ve. Están llorando y gritando, por el peso de su pecado. Los pecadores están totalmente perdidos. Están al borde de la eternidad, acercándose al precipicio cada vez más.

IV. LA VOZ DE ABAJO - La Voz de los ya condenados que simplemente estan en espera que se  abra el infierno para ser echados allí. Esas voces Nos Grita. Lucas 16:22-31

A. Conocemos la historia que Jesús contó de dos hombres uno rico y lázaro.

B. El Hombre Rico, sin esperanza sólo pedía un favor.

Luc. 16:27  »Él respondió: “Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,
Luc. 16:28  para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento.”
Luc. 16:29  Pero Abraham le contestó: “Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les hagan caso a ellos!”
Vemos la clave en el versículo 29 - "A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos."

Los hombres necesitan escuchar el evangelio de Cristo para poder ser salvos. Lamentablemente, muchos hombres no tienen la PALABRA de Dios. Romanos 10:14,15. Somos nosotros los creyentes que tenemos que compartirles las buenas nuevas de Cristo. Somos nosotros los creyentes que tenemos de ofrendar para las misiones y así poder llegar con más eficacia a los lugares que falta alcanzar con la palabra de Dios.
Romanos 10:14-15: ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? Esto nos dice hay mucha gente necesitada de escuchar el mensaje de salvación. ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? Esto nos dice que tenemos una responsabilidad con esa gente. ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Esto nos dice que usted necesitamos hablar y contarles lo que Dios hizo por sus vidas. 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Esto  nos dice que estamos haciendo por las misiones.

CONCLUSIÓN:

¿Estás participando en las misiones  del mundo? ¿Estás participando de las misiones de América Sur? ¿Escuchas las voces?
1. La Voz de Arriba - que MANDA.
2. La Voz de Adentro - que OBLIGA.
3. La Voz de Afuera - que LLAMA.
4. La Voz de Abajo - que GRITA.

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“TRANSFORME”
LA VERDADERA TRANSFORMACIÓN
Efesios  4:22-24
Serie: “Nuestra Visión”


INTRODUCCIÓN

“Ser un hogar atrayente donde cada persona participe de una dinámica que transforme su vida”.


Llegamos al final de esta serie sobre nuestra visión, hemos tocados cuatro palabras de la visión,  Hogar, Persona, Participe, Dinámica, y ahora nos toca la ultima  “Transforme”.
El resultado final de nuestra visión es ver a muchos hombres y mujeres transformados por el poder de Dios creyendo en Jesucristo su Hijo Amado.
Efesios 4:22-24 nos muestra las tres acciones que todo hombre debe tomar para convertirse  en un hombre de Dios o una mujer de Dios.

I. DESPOJARSE (v. 22) “…despojaos del viejo hombre…”

Ser transformados no es algo con lo que un buen día amanecemos; es el fruto de la presencia activa de Dios en nosotros y de nuestra cooperación y esfuerzo. Así pues, ser trasformados es un trabajo donde participa Dios y nuestra disposición. Se nos dice que el apóstol Pablo escribe esta carta a un grupo de iglesias localizadas en la provincia de Éfeso, por lo tanto esta es una carta circular, esto significa que el contenido de la carta es pertinente a todas esas iglesias que muy seguramente adolecían de los mismos males. ¿Cuáles eran sus males? Sus miembros, sus congregantes eran personas de trasfondo gentil (pagano) y por lo tanto todavía tenían dificultad para entender las demandas de su nueva vida y como resistir a las tentaciones de su pasado. Al parecer habían abrasado la fe en Cristo, pero aún no abandonaban sus viejas prácticas de vida. Pablo exhorta a los creyentes de las iglesias de Éfeso a: “…ya no andéis como los otros gentiles…” (v. 17) ¿a qué se está refiriendo Pablo? Nos dice que los otros gentiles, tenían entenebrecidos el entendimiento, eran ignorantes y duros de corazón (v. 18) conduciéndolos a una profunda decadencia moral “…perdieron toda sensibilidad…” (v. 19) En otras palabras Pablo les está diciendo que las personas sin Jesús tienen su inteligencia limitada por la oscuridad del maligno; son ignorantes de las verdades divinas y además su corazón es duro a toda reprensión de parte de Dios. Con todos estos elementos en sus corazones, lo único que se puede esperar es un extravió moral y una gran decadencia llegando a niveles insospechados. Aunque esta carta fue escrita hace siglos y describe situaciones de ese tiempo, pareciera ser tan actual. Pues el corazón de los seres humanos sin Cristo sigue teniendo las mismas actitudes que los gentiles de Éfeso; tan solo hay que mirar a nuestro alrededor y darnos cuentas de la enorme decadencia moral que nos rodea.
Así pues los cristianos de ese tiempo enfrentaban el enorme dilema de ser seguidores de Jesús y al mismo tiempo seguir siendo como el resto de las personas. Adoptaban las formas de la nueva religión; pero en sus vidas cotidianas eran igualmente paganos que el resto de las personas. Sin embargo Pablo dice contundentemente: “Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo” (v. 20) aquí se marca la diferencia y el desafío; los cristianos no debemos, ni podemos seguir actuando en la vida como lo hemos hecho antes de convertirnos al Señor; somos llamados a dejar las viejas formas de vida y de adoptar nuevos patrones de conducta (v. 22) Pablo dice “Despojaos del viejo hombre que está viciado…” la Biblia Latinoamérica termina este mismo versículo de la siguiente manera: “…cuyos deseos engañosos lo llevan a su propia destrucción” (v. 22BLA) El primer paso para cambiar de identidad, para ser transformado es romper radicalmente con conductas del pasado que son contrarias a Dios y a largo plazo dañinas para nosotros.
Debemos hacer una profunda y honesta evaluación de nuestra vida e identificar esas actividades que no honran a Dios y que nos dañan espiritualmente, impidiéndonos crecer como Él quiere que lo hagamos. Una vez identificado esto debemos tomar la firme decisión de quitarla de nuestra vida. Marcos 9: 43- 47  Jesús dice que si algo de ti te es causa de caer, córtalo, quítalo, antes de que esto te aleje más de Dios. Amputar radicalmente puede ser muy extremo, pero hay cientos de personas que han reconocido su debilidad y han tomado valientemente la decisión de despojarse de esas conductas para ser cambiados a la imagen de Jesús. Muy seguramente tenemos que renunciar a algo o alguien que nos mantiene atados al pasado. Hoy en día todavía hay muchos cristianos y lo digo con tristeza muchos cristianos que son salvos por la gracia de Dios; pero que no están siendo transformados (santificados) por que aún mantienen a su viejo hombre en un lugar preferencial de su corazón. Dios quiere que usted crezca espiritualmente; pero no podrá hacerlo si no cambia de conducta ante Dios; despójese del viejo hombre, despójese del peso de pecado que le asedia y solo entonces empezará a ser cambiado. ¿Quiere una vida diferente? Albert Einstein dijo: “Si quieres que algo diferente ocurra, intenta hacer algo diferente”

II. RENOVARSE (v. 23) “y renovaos en el espíritu de vuestra mente”

Salomón nos dice: “Porque cual es su pensamiento en su corazón tal es él” (Pr. 23: 7) además dice: “Tengan cuidado de cómo piensan; la vida es modelada por sus pensamientos” (Pr. 4: 23 PAR) en solo estos dos versículos podemos ver la importancia de nuestra mente; pues en ella radica lo que en realidad somos; nuestra conducta, actividad y actitud son el fruto de lo que pensamos; un antiguo dicho en computadoras decía así: “Basura entra, basura sale” Si usted piensa mal, actúa mal, siente mal, y tiene malos resultados en su vida. Hace un momento decía que Pablo describe a las personas sin Cristo como personas con el entendimiento entenebrecido (v. 18); esto es que sus pensamientos se extravían en vanos razonamientos que únicamente los aleja más y más de Dios y su propósitos; desafortunadamente esto no solo pasa en los no creyentes, sino también entre los creyentes en Cristo, debido a que no han puesto en práctica el segundo paso para cambiar: Cambiar su manera de pensar. En su carta a los Romanos, Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12: 2) La palabra conformar, significa amoldarse; no debemos pensar de la manera en la que la sociedad sin Cristo quiere que pensemos, no debemos pensar cómo piensan los demás, debemos pensar como Cristo.
¿Pero cómo hacemos eso?; bueno partamos de una importante premisa que si usted ha creído en Jesús para salvación, usted ahora tiene acceso libre e irrestricto a los pensamientos de Jesús, pues usted tiene la mente de Cristo: “…más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1ª Cor. 2: 16) pero esta no actuará si usted no la deja. Permítame explicarlo mejor con la siguiente ilustración: Vamos a suponer que usted va a realizar un viaje a un lugar determinado en una lancha con motor, al salir usted programa el piloto automático hacía la dirección que usted quiere; ya una vez en el trayecto descubre que sería mejor cambiar de rumbo; pero su piloto automático esta puesto; usted entonces puede hacer dos cosas; la primera es que tome el timón y físicamente obligarlo a que se dirija a la dirección que ahora usted quiere. A pura fuerza de su voluntad, usted conseguiría cambiar de rumbo, pero siempre sentiría la resistencia en todo tiempo; porque el piloto automático sigue programado hacia otra dirección. Finalmente sus brazos se cansan de la tensión y la lancha retomaría el rumbo inicial, el cual usted programo desde el principio. La fuerza de su voluntad puede producir algunos cambios, pero a corto plazo, cuando esta fuerza se cansa, entonces volvemos a ser los mismos; pero hay una segunda cosa que podemos hacer para ser transformados y que es más efectiva y cambiar el piloto automático: Nuestra manera de pensar; Rick Warren dice: “El cambio comienza en la mente. La manera en que piensas determinará como te sientes, y como te sientes influirá en cómo actúas” Cambiamos de identidad, somos transformados cuando cambiamos nuestra manera de pensar, Pablo dice: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (v. 23) ¿Y cómo cambiamos el piloto automático de nuestra mente?
Con arrepentimiento; el arrepentimiento es una herramienta poderosa; tradicionalmente pensamos que arrepentirse es sentirse mal, es tener sentimientos de culpa; pero no, la palabra arrepentimiento viene del griego que significa “cambiar de rumbo” o “cambiar de mentalidad” cuando usted se arrepiente, cambia, transforma su mente y la hace semejante a la de Jesús. Claude V. King en su libro “La Mente de Cristo” menciona las 6 características de la mente de Cristo.
1. Una mente viva “La mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida…” (Rom. 8: 6 BLA);
2. Humilde “Con humildad. Estimado cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Fil. 2: 3);
 3. Pura: “Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es impuro; pues hasta su mente y su conciencia está corrompida” (Tito 1: 15);
4. Sensible: “Les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lc. 24: 45);
5. Pacífica: “…la mente puesta en el Espíritu es vida y paz” (Rom. 8: 6)
y por último es perseverante: “Temo que…vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo” (2ª Cor. 11: 3) ¿Quiere otro rumbo para su vida? ¿Ha recibido a Jesús para salvación? Si así ha sido ahora cambie su manera de pensar, desprograme su piloto automático y dejé que Jesús lo reprograme para su bien y bendición.

III. VESTIRSE (v. 24) “y vestíos del nuevo hombre…”

El tercer paso de la renovación es una vez que me he despojado de lo viejo, que he reprogramado mis pensamientos; ahora desnudo, debo revestirme de algo nuevo y Pablo nos dice que debemos “…vestirnos del nuevo hombre…” (v. 24); ser cambiados no consiste solamente en fijarnos en lo negativo y desecharlo, quedando con un enorme vacío; sino que hay que llenarlo con algo mejor y más satisfactorio que es Jesús. Usted debe llenarse de Jesús, si es que quiere ser alguien diferente y mejor, usted debe llenarse de Jesús si quiere ser en verdad su discípulo.
El apóstol Juan nos dice que Jesús es el verbo encarnado de Dios; es el logos, la palabra hecha persona (Jn 1: 1) por lo tanto llenarse de Jesús es llenarse, saturarse, saciarse del pan de vida que es la Palabra de Dios, la Biblia. Para llegar a ser como Cristo, debemos llenarnos de Él, debemos llenar nuestras vidas de su Palabra. La Biblia es más que una guía doctrinal y/o religiosa, genera: vida, crea fe, produce cambios, asusta al diablo, obra milagros, sana heridas, edifica el carácter, transforma circunstancias, imparte alegría, supera adversidades, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder, limpia nuestra mentes, garantiza nuestro futuro para siempre. Y hace todo esto porque es palabra viva “…las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn 6: 63)
Pablo dice a los creyentes de Éfeso: No deben ser como los otros gentiles (v. 17), ustedes no aprendieron a vivir así de Cristo (v. 20); por lo tanto renuncien a su pasada forma de vida (v. 22), cambien sus pensamientos (v. 23) y llénense de Cristo ¿Cómo?
Con su poderosa Palabra escrita.
Muchos creyentes esperan un buen día despertar totalmente trasformados, libres de su viejos y malos hábitos; pero poco o nada hacen por ello. Muchos cristianos envejecen, pero no crecen y esto se debe a que son más fieles a leer el periódico que a leer la Biblia. No debemos sorprendernos de nuestro pobre crecimiento espiritual si solo dedicamos 3 minutos a leer la Biblia y 3 horas a otras actividades. Muchos de nuestros problemas se deben a que confiamos más en otras cosas que en las sabias palabras de nuestro maestro. La cultura (todos lo hacen), la tradición (siempre lo hemos hecho así), la razón (parece lógico) y las emociones (sentimos que es lo correcto) son imperfectas a la hora de dirigirnos en la vida; para eso Dios nos ha dado la Palabra de vida que es la Biblia; cuando usted la lee, la estudia, la reflexiona y la cree; usted está literalmente oyendo la voz de Cristo y se está llenado de Él para guiarlo hacía lo mejor. He aquí algunas recomendaciones para llenarse de Jesús, de su palabra y así ser transformado:

1. Tenga diario un tiempo de lectura de la Biblia, eso te garantiza que la voz de Dios te acompaña siempre;

2. Investiga y/o estudia la Biblia; plantéate preguntas y buscar respuestas en la misma Escritura ¿Quién?, ¿Cuándo? ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿por qué?, etc.;

3. Memorízala; esta es una herramienta poderosa en el momento de la tentación y la aflicción; el Espíritu Santo no te hará recordar lo que no  sabes;

4. Concentrarse en la Biblia; esto es mantener el pensamiento en sus palabras y enseñanzas; y por último.

5. Asiste a una iglesia a escuchar la Palabra de Dios y acéptala. Jesús enseñó que la bendición de Dios viene por obedecer la verdad, no sólo por conocerla (Jn 13: 1) Somos cambiados  cuando nos llenamos de la Palabra viva que es Jesús.

Desafío

Quieres ser salvo de toda maldad, dice un viejo himno; acepta a Jesús; pero si quieres ser nuevo en tu forma de vivir: Despójate de viejas formas de vida, aquellas que le atan al pasado y a acciones dañinas; renueve su mente, si cambias tu forma de pensar empezaras a ver diferente las cosas; deje que Dios reprograme tu piloto automático. Y por último vístase de Jesús, llénate de sus palabras, conócelas, créelas y aplícalas en tu vida. Y con toda seguridad serás una nueva persona; dicen los que saben que las palabras “despojaos” y “vestíos” de este pasaje están escrito en un término griego llamado aoristo el cual significa que es indefinido, ilimitado, sin límite de tiempo; esto es que una vez despojados y vestidos ya no hay marcha atrás y además que nada puede quitártelo. Haz hoy este compromiso delante de Dios y atrévete a cambiar en el poderoso Jesús.
Ps. Antenor  Tejada.


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La dinámica del Espíritu Santo en el creyente
Introducción.
La visión de nuestra iglesia considera que el Espíritu Santo es el que mueve a los creyentes en su proceso de desarrollo y crecimiento espiritual. Él es  el motor, es la gasolina que enciende la pasión para ser iglesia…

“Ser un Hogar Atrayente, donde cada Persona Participa de una Dinámica que Transforme su vida”

¿Cuando inicia el Espíritu Santo a trabajar en nuestras vidas?

El apóstol Pablo enseñó claramente que nosotros recibimos el Espíritu Santo en el momento que creemos en Jesucristo como nuestro Salvador. (1 Corintios 12:13) declara, “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu”.

(Romanos 8:9) Esto nos dice que si una persona no tiene el Espíritu Santo, no pertenece a Cristo. “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de cristo, no es de Él.”

AHORA VEAMOS…

Efesios 3:16 en la Reina Valera dice: “para que os de, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con el poder en el hombre interior por su Espíritu

El mismo texto en la versión TLA dice: “Por la inmensa riqueza de su gloria, pido a Dios que, por medio de su Espíritu, los haga cristianos fuertes de ánimo.”

EFESIOS 3:16. Para que os dé (Cristo Jesús) conforme a las riquezas de su gloria (se refiere a todas las perfecciones de Dios reveladas, no solamente a Su Gracia y Poder), el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu (esto será hecho fortaleciendo nuestra fe en la Cruz, por y a través de la Obra del  Espíritu Santo en el hombre pecador).

La oración del apóstol Pablo es que el Espíritu Santo que está en nosotros nos haga crecer en nuestra fe, en nuestra manera de vivir, en nuestra misión como iglesia de Cristo.

Hoy veremos 4 cosas que el Espíritu Santo puede hacer con nuestras vidas si nosotros lo dejamos actuar. (No son las únicas)

1. El Espíritu Santo produce crecimiento en el creyente.

Cuando se habla del Espíritu Santo muchos se enfocan en su poder, milagros y cosas sobrenaturales. Sin embargo, lo que Él hace en ti y en mi es más importante.
Hay muchos que ven milagros, y aun así no se edifican. Cuando el Espíritu Santo obra en ti, es porque tú serás edificado por Él.
No es lo mismo ser testigo de la obra del Espíritu Santo en los demás, que sentirlo en tu propia vida. El milagro mas grande que hace el Espíritu Santo, es el que hace en tu persona; aunque también el poder del Espíritu Santo es infinito, y no se le puede limitar sólo a la actividad humana, sino en toda la creación de Dios.
(Juan 15:16) No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto.

Dios no elige a los más capacitados, sino que capacita a los que son elegidos. El Espíritu Santo no actuará sobre ti en vano, pues hay un propósito divino en tu conversión, el cual es: “Tu salvación y tu testimonio”.
Hay 4 etapas de intervención del Espíritu Santo en tu vida:

1).  Te convence de pecado.
2).  Te convertirte en nueva criatura.
3).  Te santifica para ser usado como instrumento.
4).  Te capacita para la obra de Dios.

2. El espíritu Santo quiere hablarnos a través de la Palabra de Dios.
Cuando Jesús dejó a los discípulos, les dijo que Dios enviaría el Espíritu Santo sobre ellos. «Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.» (Juan 14, 26). Los discípulos necesitaban el Espíritu Santo para que les recordara todo lo que Jesús les había enseñado durante el tiempo que estuvo en la tierra. Hoy día, el Espíritu Santo nos habla a través de la Biblia exactamente de la misma manera. Por esta razón es de suma importancia leer todo lo que está escrito. El Espíritu Santo nos ayuda a entender lo que leemos, y nos recuerda a través de muchas situaciones lo que está escrito.

3.  Espíritu Santo nos da la fortaleza y ayuda en nuestra lucha contra el pecado.

Antes de que Jesús dejará la tierra, dijo; «...seréis bautizados con el Espíritu Santo... recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo.» (Hechos 1:5-8).
En nuestra naturaleza humana hay fuerzas que son más poderosas que nosotros mismos. Pablo dice: «Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne… los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.» (Gálatas 5,16-25).
El Espíritu Santo nos fortalece, de tal forma que no cedemos ante los deseos de la carne cada vez que somos tentados.

4.  El Espíritu Santo extiende la Iglesia mediante la Evangelización.

Para poder cumplir la gran comisión, la presencia del Espíritu Santo es esencial (Juan.15:26,27; Lucas. 24:49; Hechos. 1:4,8). Es el agente  indispensable o insustituible de todo verdadero evangelismo. En todo  momento los apóstoles desempeñaron su misión en el poder del Espíritu Santo. Además de guiar a sus siervos en cuanto a cuándo,  dónde y cómo evangelizar, la intervención del Espíritu Santo es necesaria para:

a).  Iluminar la mente y el entendimiento de los no creyentes para que  puedan ver la verdad y creer en ella.
Colosenses 4:4  para que lo manifieste como debo hablar. 
Colosenses 4:6  Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

b). Convencer de pecado. Nosotros trabajamos desde fuera, pero Él  desde adentro (Jn.16:8,9). Habla tanto a la conciencia como al corazón. 
Juan 16:8  Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.
Juan 16:9  De pecado, por cuanto no creen en mí;

c). Regenerar el alma . Nosotros no podemos lograr ese milagro. 
Juan 6:63  El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.

d). Introducir al creyente a la iglesia mediante la conversión. 
Hechos 2:47  alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
Conclusión

¿De que forma es obstaculizada la obra del Espíritu Santo?

Lamentablemente la acción y el ministerio del Espíritu Santo pueden ser estorbados y obstaculizados por nuestra ignorancia (Hch. 19:2); nuestra incredulidad (He. 3:7-14); nuestro pecado que lo contrista (Ef. 4:30); la falta de combustible espiritual (como la oración, la lectura de la Palabra, la comunión, etc.) que la apagan (1 Ts. 5:19). Cabe destacar que el contexto aquí se refiere a las reuniones de la iglesia, no a las vidas individuales, aunque no hacemos mal en aplicar esto también así (Pr. 26:20ª). Que no suceda esto en nuestra propia iglesia local.
Dejemos que el Espíritu Santo sea la dinámica que mueve nuestras vidas.
Por: Elmer Zevallos

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